martes, 16 de marzo de 2010

Noruega



Sentado en la orilla al fondo del fiordo. Casitas de colores en la ladera verde. Más arriba bosques casi verticales, paredes de roca, alguna mancha de nieve, cascadas altísimas. Me interno en el valle subiendo por la carretera, paralela a un arroyo que alivia hacia el mar los bríos del deshielo. Una iglesia de madera; más allá una casa y un granero. Dos ciclistas pedalean rozando la alta hierba esmeralda. La carretera hace una leve curva y descubre un lago que embalsa el agua azul verdosa del glaciar. Los árboles de la orilla, la brisa, la luz intensa y difusa. Hay un bote en un pequeño embarcadero.

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