domingo, 21 de marzo de 2010

Folleto del Acuario


¡No dejes de visitarnos! En nuestras acondicionadas aguas nadan los más maravillosos ejemplares procedentes de los fondos marinos. A través de las paredes transparentes de los túneles que cruzan los inmensos tanques, tendrás a la vista las más diversas especies, desde las más comunes, como los dialogantes besugos, las doradas alasal o los atunes en aceite, hasta las más raras: el pez E, por ejemplo, cuyas escamas parecen un teclado y sus ojos dos pantallas, o el calamar ciano, que se diría venido de otro planeta. Con algo de suerte, podrás atisbar la esquiva figura del pez en cuando, que sólo en rarísimas ocasiones sale de su guarida; te enternecerás ante el espectáculo de la rastrera vida, y agotada, del pez adilla, de sueño agitadísimo; y te deleitarás con los armoniosos movimientos de los orondos peces barba, incapaces de virar a la derecha.
A través de especiales cristales de aumento podrás contemplar al diminuto pez ecillo, y luego, como contraste, podrás volver al mundo de las grandes dimensiones contemplando al tiburón de Spielberg o al merluzo de Aznar. En el pabellón de los cetáceos reina el delfín de Francia, que comparte aguas con la ballena alegre, la orca y la guillotina. Y aún quedan sorpresas: ¿sospechaste alguna vez la existencia del pez bomba, que a la vista de un peligro se infla hasta que estalla? ¿Conoces algún caso de adaptación al medio como el de las bartolas de mar, permanentemente recostadas en el blando lecho de grava, capaces de desencajar sus mandíbulas hasta permitir la salida de su aparato digestivo, el cual, al completo, recorre los alrededores en busca de alimento y sólo vuelve cuando ya está saciado? ¿Y qué decir de la brillantez y colorido de los fondos, con los corales de Bach, las hidras elgaitero o las feas anémonas, que aunque se vistan de seda, anémonas se quedan?
La naturaleza también es despiadada: podrás comprobarlo viendo cómo el pez martillo persigue a las despavoridas puntillitas o cómo tiemblan los sargazos ante la presencia del pez sierra. No obstante, esa naturaleza cruel tiene a veces sus mecanismos de compensación, como los que se dan entre nuestras dos especies de peces espada: el pez espada Chin hiere atacando como un relámpago, sí, pero siempre va detrás de cada ejemplar un pez espada Drapo, que cura los tajos con igual rapidez.
¡Anímate a recorrer nuestras instalaciones! Participa en nuestras ofertas interactivas. Esta semana, "Alimenta a nuestras pirañas con tus propias manos" y "Chapapotea en nuestros tanques de fuel". ¡No te lo pierdas!

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